Hace 240 años...

'He mirado más lejos en el espacio que nunca un ser humano antes que yo' (William Herschel)

Urano es el séptimo planeta del sistema solar, el tercero de mayor tamaño, y el cuarto más masivo. Aunque es detectable en el umbral de la visión a simple vista en el cielo nocturno, no fue catalogado como planeta por los astrónomos de la antigüedad debido a su escasa luminosidad y a la lentitud de su movimiento orbital. William Herschel anunció su descubrimiento el 13 de marzo de 1781. Urano es también el primer planeta descubierto por medio de un telescopio.

Alias 34 Tauri:
Urano ya había sido observado en muchas ocasiones antes de su descubrimiento como planeta, pero generalmente se confundía con una estrella. La observación más antigua de la que se tiene referencia data de 1690 cuando John Flamsteed observó el planeta al menos seis veces, catalogándolo como «34 Tauri».
El astrónomo francés Pierre Charles Le Monnier, observó a Urano al menos en doce ocasiones entre 1750 y el 1769, e incluso en cuatro noches consecutivas.
Para el año 1738 el astrónomo inglés John Bevis dibujó al planeta Urano como tres estrellas en posiciones sucesivas, en su atlas «Uranographia Britannica», dichas observaciones fueron hechas entre los meses de mayo y julio de 1738, sin embargo Bevis no detectó los rasgos de planeta. A raíz de las distintas observaciones hechas a estas fechas se les conoce en la Astronomía como la era de los predescubrimientos.

Descubrimiento:
Sir William Herschel observó el planeta el 13 de marzo de 1781, con su nuevo telescopio reflector de 152 mm (diseñado por él mismo), un objeto no registrado en la constelación de Géminis, mientras estaba en el jardín de su casa ubicada en 19 New King Street en el pueblo de Bath (Condado de Somerset). Escribió en su diario «En el cuartil cerca de ζ Tauri […] o bien [una] estrella nebulosa o quizá un cometa».  Aunque en un principio (el 26 de abril de 1781) reportó que se trataba de un «cometa», notificó su descubrimiento a Nevil Maskelyne que, desconcertado, le respondió el 23 de abril: «No sé cómo llamarlo. Es igual de posible que sea un planeta regular moviéndose en una órbita casi circular alrededor del Sol, como un cometa moviéndose en una elipse muy excéntrica. Todavía no le he visto ninguna cola».

Mientras que Herschel continuaba describiendo prudentemente su nuevo objeto como cometa, otros astrónomos ya habían empezado a sospechar que no lo era. El astrónomo ruso Anders Johan Lexell estimó que su distancia era 18 veces la distancia entre el Sol y la Tierra, y no se había observado ningún cometa con un perihelio que llegara a cuatro veces la distancia Sol-Tierra. El astrónomo berlinés Johann Elert Bode describió el descubrimiento de Herschel como «una estrella móvil que podría ser un objeto parecido a un planeta desconocido hasta ahora, que circula más allá de la órbita de Saturno». Bode concluyó que su órbita prácticamente circular era más propia de un planeta que de un cometa.

Pronto se aceptó universalmente la idea de que el nuevo objeto era en sí un nuevo planeta. En 1783, el mismo Herschel reconoció este hecho al presidente de la Royal Society Joseph Banks: «Según la observación de los astrónomos más eminentes de Europa parece que la nueva estrella, que yo tuve el honor de señalarles el 13 de marzo de 1781, es un Planeta Primario de nuestro Sistema Solar». En reconocimiento a su contribución, el rey Jorge III concedió a Herschel una renta anual de doscientas libras a condición de que se trasladara a Windsor para que la familia real tuviese la posibilidad de mirar el planeta a través de sus telescopios.

Un dilatado bautismo:
Maskelyne pidió a Herschel «que hiciera el favor a toda la comunidad astronómica de llamar su planeta, que es completamente vuestro, por el descubrimiento del que estamos en deuda con usted». En respuesta a la petición de Maskelyne, como se ya se mencionó Herschel decidió nombrar el objeto «Georgium Sidus» (la estrella de Jorge) en honor a su nuevo patrocinador, el rey Jorge III que acababa de perder las colonias británicas en América, pero había ganado una estrella.  Explicó su decisión en una carta a Joseph Banks.

Sin embargo, el nombre no perduró más allá de Gran Bretaña. Lalande, un astrónomo francés, propuso llamarlo Herschel en honor a su descubridor; el astrónomo sueco Erik Prosperin, por su parte, propuso el nombre de «Neptuno» para el nuevo planeta descubierto, algo que secundaron muchos de sus colegas con la idea de conmemorar a la Marina Real Británica en el curso de la revolución estadounidense llamando al nuevo planeta «Neptuno Jorge III» o «Neptuno de Gran Bretaña». Finalmente fue el astrónomo alemán Johann Elert Bode quien acuñó y optó por la versión latinizada del dios del cielo de la mitología griega «Urano», padre de Cronos (cuyo equivalente romano daba nombre a Saturno), aduciendo que ya que Saturno era el padre de Júpiter, lo más lógico era que el nuevo planeta tomara nombre a su vez del padre de Saturno. Finalmente se eligió «Urano», sin embargo, el HM Nautical Almanac siguió listándolo como «Georgium Sidus» hasta el año 1850.

Nomenclatura:
Urano es el único planeta cuyo nombre deriva tanto de un personaje de la mitología griega como de la mitología romana; del griego «Οὐρανός» (Ouranos), que significa ‘cielo estrellado’, ‘firmamento’; latinizado, Uranus es un titán primordial personificador del cielo. Su equivalente en la antigua mitología romana era Caelus.

El símbolo astronómico de Urano se representa como un híbrido entre los símbolos del planeta Marte y el Sol, puesto que Urano era dios y personificación misma del cielo en la mitología griega, el cual creían dominado por los poderes combinados del Sol y de Marte. El símbolo fue sugerido por el astrónomo francés Jérôme Lalande en 1784. En una carta a Herschel, Lalande lo describía como «un globe surmonté par la première lettre de votre nom» («un globo coronado por la primera letra de su apellido»). En las lenguas de China, Vietnam, Japón y Corea la traducción literal del nombre del planeta es «la estrella reina del cielo».

Músico-Astrónomo y Caballero:  
William Herschel nació en Hannover el 15 de noviembre de 1738, Brunswick-Luneburgo, Sacro Imperio Romano Germánico, actual Alemania. Comenzó como músico, la misma profesión de su padre. En 1757, escapando de la ocupación francesa de Hannover, emigró a Inglaterra, donde se ganó la vida como copista musical hasta 1767, año en que fue elegido organista de una iglesia en Bath.

Su interés por la teoría de la música le condujo a las matemáticas y en última instancia a la astronomía. Herschel construía sus propios telescopios de grandes espejos, los cuales fueron reconocidos como los mejores de su época, incluso superiores a los que se usaban en Greenwich.

En 1772 su hermana Carolina, con quien compartía la pasión por la astronomía, se fue a vivir con él a Bath, transformándose en su asistente de observación. Además de trabajar con su hermano, por cuenta propia descubrió ocho cometas y tres nebulosas, asimismo elaboró diversos catálogos. Su trabajo fue reconocido en mayor medida tras su muerte en 1848, a los 97 años. Es considerada la primera astrónoma profesional.

En 1781 se ganó una enorme reputación con el descubrimiento del planeta Urano, el primero descubierto desde la Antigüedad, tras lo cual fue galardonado por la Royal Society de Londres con la medalla Copley. En 1782 Jorge III de Inglaterra lo nombró astrónomo real, y se trasladó entonces a Datchet, cerca del castillo de Windsor. En 1786 se instalaría definitivamente en Slough.

A diferencia de sus contemporáneos, y gracias a la calidad de sus telescopios, Herschel concentró sus observaciones en los cuerpos celestes más distantes. Catalogó dos mil nuevas nebulosas, ochocientas estrellas dobles, dos satélites de Urano (Titania y Oberon), dos de Saturno (Mimas y Encelado) y los cometas de los años 1807 y 1811. Estudió las estrellas dobles, y le corresponde la determinación de que esta duplicidad no era debida a un efecto de perspectiva sino a un vínculo físico entre las estrellas.

También son destacables sus aportaciones teóricas sobre la estructura del Universo y su evolución. Defensor de la composición estelar de las nebulosas, fue el primero en discernir la estructura de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

En 1788, contrajo matrimonio con la viuda Mary Baldwin Pitt, que había estado casada con el poderoso comerciante londinense John Pitt. La señora Pitt había perdido a su primer esposo dos años antes de conocer a Herschel. En 1792 dio a luz al único hijo del astrónomo, John Herschel.

En Herschel 1801 viajó a París, donde se reunió con los renombrados científicos franceses Pierre Simon Laplace y el ya anciano Messier. Enterado Napoleón de la presencia de estas tres celebridades reunidas, los recibió en su despacho oficial y pasó con ellos largas horas interesándose por sus descubrimientos. En 1806 éste le impuso la Cruz de la Legión de Honor.

Herschel falleció el 25 de agosto de 1822 en su casa de Slough, a la avanzada edad de 84 años. Trabajó hasta los últimos momentos con un telescopio de mediana abertura, ya que el mayor que construyó dejó de utilizarlo en 1815.

Al morir William, su hermana Caroline abandonó Inglaterra y volvió a Hannover. Su esposa Mary se quedó en el hogar familiar hasta su propia muerte, ocurrida diez años después.

John Herschel se convirtió a su vez en un astrónomo tan reputado como su padre, y durante los once años siguientes a la muerte de aquel continuó perfeccionando, corrigiendo y profundizando las magníficas observaciones de William.

240 años después:
La imagen final nos muestra la posición de Urano en el cielo del anochecer el 13 de Marzo de 2021, para un observador de Montevideo.

A modo de cierre:
Herschel murió con casi 84 años de edad, cifra que curiosamente coincide con el período orbital de Urano.  En efecto, toda la vida del eminente astrónomo se desarrolló en lo que este planeta demora en completar una órbita en torno al Sol.  Su descubrimiento amplió por primera vez en la historia las fronteras, por aquel entonces conocidas del sistema solar. Fronteras que aún hoy no son del todo conocidas.