Ellas en el cielo

La presencia femenina en el cielo es muy profusa en ejemplos, desde figuras mitológicas hasta destacadas personalidades del quehacer humano.

El modo en el que nombramos los objetos del cielo tiene sus orígenes en lo profundo de la historia de la humanidad y ha ido evolucionando a lo largo de los siglos. Muchas culturas, atraídas por el espectáculo del firmamento, han dejado marcada su impronta en nombres de estrellas, constelaciones, planetas etc.

La presencia femenina en el cielo es muy profusa en ejemplos, desde figuras mitológicas hasta destacadas personalidades del quehacer humano.


La Astronomía es Ella: Urania la Celestial
En la mitología griega, Urania (en griego Οὐρανία, ‘celestial’) es la musa de la Astronomía y las Ciencias Exactas. Comúnmente considerada hija de Zeus y Mnemósine, algunos mitógrafos sin embargo consideran que sería hija de Urano y Gea. Es la menor de todas las musas.

En general se la representa vestida de azul, simbolizando la bóveda celeste; suele portar un globo terráqueo, en el que mide posiciones con un compás. Tiene una corona o diadema formada por estrellas, que también están presentes en su manto. A sus pies, se encuentran esparcidos algunos instrumentos de matemáticas, razón por la cual se la considera de forma tácita, como musa de las matemáticas y de todas las ciencias exactas.

La Noche es Ella
La Noche (Nyx o Nixe) es una diosa primordial. En la Teogonía de Hesíodo, la Noche nació del Caos.

Como una de las diosas más antiguas, Nyx jugó un papel relevante entre los antiguos griegos, por ser la responsable de la existencia de muchos de sus dioses más importantes. Dos de sus hijos fueron fruto de la unión con su hermano Erebo: Eter y Hemera, dioses del Cielo y de la Luz del Día respectivamente. Los griegos creían que el día comenzaba cuando Hemera salía del Tártaro (Inframundo) a la superficie, sustituyendo a su madre Nyx, y que la noche llegaba cuando la hija regresaba al inframundo y volvía a ser sustituida por su progenitora.

Ellas en el cielo estrellado:
Cassiopea y Andrómeda

En la mitología griega, Casiopea (en griego antiguo Κασσιέπεια o Κασσιόπεια) era hija de Arabio. Existen diferentes leyendas sobre ella: la más difundida la considera esposa del rey Cefeo de Etiopía, con quien tuvo a su hija Andrómeda. Casiopea se vanagloriaba, diciendo que su hija era más bella que las Nereidas. Este orgullo fue la causa de su desgracia, al provocar la ira de Poseidón, que envió al monstruo marino Ceto a devastar el reino. Tratando de salvar Etiopía, Cefeo y Casiopea consultaron al oráculo de Ammón, que les indicó que el único modo de apaciguar al dios del mar era ofrecerle a su hija en sacrificio. Andrómeda fue encadenada a una roca al borde del mar, a la espera de morir a manos de Ceto. Andrómeda finalmente fue salvada con Perseo, con quien luego se casó.

No queriendo dejar a Casiopea sin castigo, Poseidón la situó en los cielos atada a una silla en una posición tal que, al rotar la bóveda celeste, queda cabeza abajo la mitad del tiempo. La constelación de Casiopea se asemeja a este trono, que originalmente representaba un instrumento de tortura. Casiopea no siempre se representa atada a la silla como tormento; en algunas imágenes posteriores sostiene un espejo, símbolo de su vanidad.

Las constelaciones de Andrómeda y Cassiopea son típicas del Hemisferio Norte. La primera es visible muy próxima al horizonte Norte desde nuestra latitud en las noches primaverales. La segunda es totalmente invisible.

Virgo la Doncella Virgen
En la mitología griega, Virgo es la representación de Astrea, una titánide, hija de Zeus y Temis, quien era la diosa virgen que llevaba los rayos de Zeus en sus brazos.

El término “virgo” en su significado original no tiene que ver con la virginidad sexual, significa sencillamente una mujer que no se casó, o sea una mujer que no pertenecía a nadie y cuya identidad le era propia; era en suma, una mujer dueña de sí misma.
En la mitología abundan las diosas vírgenes y muchas de ellas, paradójicamente vírgenes y fecundadas, no por un mortal sino por el espíritu o algo numinoso o incorpóreo que proviene de su interior o de lo alto.

Una de estas diosas virginales es Perséfone, figura relacionada con la constelaciń de Virgo. Deméter y Perséfone (Ceres y Proserpina para los romanos) son las diosas gemelas percibidas como madre-hija, que representaban para los pueblos de la antigüedad los poderes de la naturaleza, su transformación y su emergencia cíclica.

Deméter se relaciona también con la diosa egipcia Isis, la fenicia Astarté y la mesopotámica Ishtar.

Virgo (la virgen) es una constelación del zodíaco. Se encuentra entre Leo al oeste y Libra al este y es una de las constelaciones más grandes visibles en el cielo. En nuestra latitud es apreciable claramente desde el inicio de la noche en el Otoño.

Es representada en las antiguas cartas celestes como una doncella alada, a menudo portando dos manojos de trigo, una de ellas señalada por la brillante estrella Espiga o Spica, la «espiga» de los agricultores medievales. La localización de Virgo es fácil gracias a esta estrella.